No es ni mucho menos el fundador, padre, lo que sea, de este bendito movimiento que, expresionismo austríaco, recibe de nombre (que de géneros y rubros poco o nada me importa, por ahora, saber, eso, ahora, se lo dejo a gente que se divierte encasillando géneros y creando gremios, como en el caso de la música ¿no? a muchos les divierte crear estúpidos rubros) pero es aquel que dota a la sensualidad de ese morbo al que, me atrevo a afirmar, su querida inspiración, Klimt tenia miedo a llegar. (pues poco le faltó, ¿por qué eh? son de esas dudas que entretienen y hasta enferman) Egon Schiele dota siempre a sus mujeres de una carga fulminante de hormonas, incluso por allí casi puedes ''oler'' las feromonas de las pequeñas y tiernas jovencitas. Con mirada inocente y con carita de ''yo no fui'' (recurso adaptado, incluso, a material tan lejano como el hentai) te atrapa en ''eso'' a lo que me atrevo a llamar, casi afirmando, la ''dulce perversión''... es un espacio, un estadío en el que me encierro, contemplo y en el que luego, como consecuencia de sumergirme en ese mundo, me provoca devorar a la niña que me mira de modo incitante, casi pidiendo ser fornicada, tirada, cogida, cachada, ustedes elijan el término mas ''sucio'', esa niña pues decía, me llama a pecar, sin hacerme olvidar, claro, esa pureza, esa cierta ternura mórbida, innerente en la obra de Schiele. Incluso él, el mismo Egon se siente fascinado hacia el mundo que descubrió partiendo de Klimt: él mismo llega a sentirse parte de la obra, fémina, sensual, sus autoretratos me transmiten ello, no es una convención lo que menciono ni nada que se le parezca, pero dudo que exista aquel que tras ver los autoretratos de Schiele, no repare en la diversión que el artista siente y transmite al tomar formas andróginas como resultado de esa introspección a aquel mundo suyo, el mundo de sus muñecas pervertidas, porque... bueno no negaremos que el cuerpo femenino siempre será más divertido que el de un simple hombrecillo... lo divertido de tener pene se pierde en lo fascinante de las formas de un seno o teta (para quien guste de lo coloquial), provocadoras siluetas de una cintura, piernas, nalgas, o lo volumétricamente apetitoso de un buen poto o culo (insisto en lo coloquial, puedo ser vulgar también, hay para todos) estimulantes, deleitantes... el misterio de ser mujer.A lo mejor él lo entendió... quizá por ello murió tan pronto y me dejó con esta miel en los labios, al más puro estilo de un ''coitos interruptus''... A lo mejor...